El hielo que rodea a la Antártida alcanzó un nuevo máximo récord este año; cubrió una extensión mayor de los océanos del sur que lo informado desde que los científicos comenzaron su registro con satélites a largo plazo para confeccionar mapas de la extensión del hielo del mar, a fines de la década de 1970.
La tendencia ascendente en la Antártida, sin embargo, es solamente de alrededor de un tercio de la magnitud de la rápida pérdida de hielo del mar del océano Ártico.
El nuevo récord de hielo del mar Antártico refleja la diversidad y la complejidad de los medio ambientes de la Tierra, dijeron los investigadores de la NASA. Claire Parkinson, una científica de alto rango del Centro Goddard para Vuelos Espaciales de la NASA, se refirió a los cambios en la cubierta de hielo del mar como un microcosmo de cambios climáticos globales. Del mismo modo en el que las temperaturas en algunas regiones del planeta son más frías que el promedio, incluso en nuestro mundo cada vez más caliente, el hielo del mar Antártico ha estado aumentando y yendo en contra de la tendencia de pérdida de hielo.
Este año, el hielo del mar Antártico alcanzó un récord respecto de su extensión máxima mientras que el Ártico alcanzó su mínima extensión. Así, 2014 se ubicó entre los diez años con menor cantidad de hielo en el Ártico desde que comenzó su registro por medio de satélites. ¿Por qué estas tendencias van en direcciones opuestas?
“El planeta en su conjunto está haciendo lo que se esperaba en términos del calentamiento. El hielo del mar en su conjunto está disminuyendo como se esperaba, pero al igual que con el calentamiento global, no todos los sitios con hielo marítimo tendrán una tendencia descendente en su extensión de hielo”, dijo Parkinson.
Desde fines de la década de 1970, el Ártico ha perdido un promedio de 53.900 kilómetros cuadrados de hielo por año; la Antártida, por su parte, ha ganado un promedio de 18.900 kilómetros cuadrados. El 19 de septiembre de este año, por primera vez desde 1979, la extensión de hielo del mar Antártico excedió los 20 millones de kilómetros cuadrados, según el Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo. La extensión de hielo permaneció por encima de este punto de referencia durante varios días. La extensión máxima promedio entre los años 1981 y 2010 fue 18,72 millones de kilómetros cuadrados.
La máxima extensión en un solo día este año se produjo el 20 de septiembre, según los datos aportados por el NSIDC, fecha en la cual el hielo del mar cubrió 20,14 millones de kilómetros cuadrados. El máximo promedio para cinco días este año tuvo lugar el 22 de septiembre cuando el hielo del mar cubrió 20,11 millones de kilómetros cuadrados, según el NSIDC.
Un clima que se calienta cambia los patrones de las condiciones meteorológicas, dijo Walt Meier, un científico investigador del centro Goddard. En ciertas ocasiones, esos patrones de las condiciones meteorológicas traerán aire más frío a algunas áreas. Y, en la Antártida, donde el hielo del mar rodea el continente y cubre un área tan grande, no es necesario que exista una extensión adicional de hielo para que se establezca un nuevo récord.
“Parte de eso es simplemente la geografía y la geometría. Sin una frontera norte alrededor de todo el perímetro del hielo, éste fácilmente puede expandirse si las condiciones son favorables”, expresó.
Los investigadores están estudiando una cantidad de otras explicaciones posibles también. Una pista, dijo Parkinson, podría hallarse alrededor de la Península Antártica (un área de tierra que se extiende hacia América del Sur). Allí, las temperaturas se están calentando y en el Mar de Bellingshausen, hacia el oeste de la península, el hielo del mar se está reduciendo. Más allá del Mar de Bellingshausen y pasando el Mar de Amundsen, yace el Mar de Ross, donde se está produciendo el mayor aumento de hielo marítimo.
Eso sugiere que un sistema de baja presión, con su centro en el Mar de Amundsen, podría estar intensificándose o haciéndose más frecuente en el área, dijo Parkinson, cambiando los patrones del viento, haciendo circular aire caliente sobre la península y arrastrando aire frío desde el continente antártico, sobre el Mar de Ross. Esto y otros cambios en los patrones del viento y de la atmósfera baja podrían recibir la influencia del agujero de la capa de ozono más arriba en la atmósfera, una posibilidad que ha captado la atención de los científicos en los últimos años, explicó Parkinson.
“Los vientos desempeñan un papel verdaderamente importante”, señaló Meier. Se desplazan alrededor del continente, presionando constantemente el hielo delgado. Y, si cambian de dirección o se vuelven más fuertes en dirección más hacia el norte, dijo, empujan el hielo aún más y hacen que la extensión se agrande. Cuando los investigadores miden la extensión del hielo, buscan áreas de océanos donde al menos el 15 por ciento esté cubierto por hielo marítimo.
El hielo que se derrite en los bordes del continente antártico podría dar lugar a aguas más frescas, justo por encima del punto de congelamiento, lo que hace que el recongelamiento sea más fácil, explicó Parkinson. Otra posibilidad es que los cambios en los patrones de circulación del agua, que traen las aguas más frías hacia la superficie, alrededor de la masa terrestre, podrían ayudar a que se forme más hielo.
La caída de nieve también podría ser otro factor a considerar, señaló Meier. La nieve que se deposita sobre el hielo delgado en verdad puede empujar el hielo delgado debajo del agua, lo que entonces permite que el agua fría del océano se filtre a través del hielo e inunde la nieve; esto produciría una mezcla medio derretida que se congela en la atmósfera fría y se suma al grosor del hielo. Este hielo nuevo y con más espesor sería más resistente al derretimiento.
“Todavía no ha habido una explicación que pueda decir que se ha convertido en algo consensuado, donde la gente diga: ‘Hemos dado en lo cierto; esta es la causa por la que está sucediendo’”, expresó Parkinson. “Nuestros modelos están mejorando, pero están lejos de la perfección. Uno a uno, los científicos están descubriendo que las variables particulares son más importantes que lo que pensamos hace algunos años, y una a una esas variables están siendo incorporadas a los modelos”.
Para la Antártida, las variables clave incluyen las condiciones atmosféricas y oceánicas, así como los efectos sobre una superficie helada, la cambiante química atmosférica, el agujero de ozono, los meses de oscuridad y más.
“Realmente para quienes trabajan en el ámbito del estudio del clima no es sorprendente que no todos los lugares sobre la superficie de la Tierra actúen como se esperaba; sería asombroso si todo fuera así”, relató Parkinson. “El hielo del mar Antártico es una de esas áreas donde las cosas no han ocurrido completamente como se esperaba. En consecuencia, es natural que los científicos se pregunten: ‘Bueno, esto no es lo que esperábamos pero, ¿cómo lo podemos explicar?’”
El 19 de septiembre de 2014, el promedio de cinco días para la extensión de hielo del mar Antártico excedió los 20 millones de kilómetros cuadrados por primera vez desde el año 1979, según los datos aportados por el Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo. La línea de color rojo muestra la extensión máxima promedio desde 1979 hasta 2014.
“Los vientos desempeñan un papel verdaderamente importante”, señaló Meier. Se desplazan alrededor del continente, presionando constantemente el hielo delgado. Y, si cambian de dirección o se vuelven más fuertes en dirección más hacia el norte, dijo, empujan el hielo aún más y hacen que la extensión se agrande. Cuando los investigadores miden la extensión del hielo, buscan áreas de océanos donde al menos el 15 por ciento esté cubierto por hielo marítimo.
El hielo que se derrite en los bordes del continente antártico podría dar lugar a aguas más frescas, justo por encima del punto de congelamiento, lo que hace que el recongelamiento sea más fácil, explicó Parkinson. Otra posibilidad es que los cambios en los patrones de circulación del agua, que traen las aguas más frías hacia la superficie, alrededor de la masa terrestre, podrían ayudar a que se forme más hielo.
La caída de nieve también podría ser otro factor a considerar, señaló Meier. La nieve que se deposita sobre el hielo delgado en verdad puede empujar el hielo delgado debajo del agua, lo que entonces permite que el agua fría del océano se filtre a través del hielo e inunde la nieve; esto produciría una mezcla medio derretida que se congela en la atmósfera fría y se suma al grosor del hielo. Este hielo nuevo y con más espesor sería más resistente al derretimiento.
“Todavía no ha habido una explicación que pueda decir que se ha convertido en algo consensuado, donde la gente diga: ‘Hemos dado en lo cierto; esta es la causa por la que está sucediendo’”, expresó Parkinson. “Nuestros modelos están mejorando, pero están lejos de la perfección. Uno a uno, los científicos están descubriendo que las variables particulares son más importantes que lo que pensamos hace algunos años, y una a una esas variables están siendo incorporadas a los modelos”.
Para la Antártida, las variables clave incluyen las condiciones atmosféricas y oceánicas, así como los efectos sobre una superficie helada, la cambiante química atmosférica, el agujero de ozono, los meses de oscuridad y más.
“Realmente para quienes trabajan en el ámbito del estudio del clima no es sorprendente que no todos los lugares sobre la superficie de la Tierra actúen como se esperaba; sería asombroso si todo fuera así”, relató Parkinson. “El hielo del mar Antártico es una de esas áreas donde las cosas no han ocurrido completamente como se esperaba. En consecuencia, es natural que los científicos se pregunten: ‘Bueno, esto no es lo que esperábamos pero, ¿cómo lo podemos explicar?’”