Un equipo de científicos dirigido por la NASA ha descubierto pruebas
contundentes de que el hollín de una Europa que se industrializa rápidamente
causó la abrupta retirada de los glaciares en los Alpes europeos.
Esto comenzó
en la década de 1860, un período al que, con frecuencia, se lo considera como el
final de la Pequeña Era de Hielo.
La investigación, que fue publicada el 3 de septiembre en el Congreso de la
Academia Nacional de Ciencias, puede ayudar a resolver un debate científico de
larga data.
En las décadas posteriores a la de 1850, Europa sufrió una transformación
económica y atmosférica a causa de la industrialización. En Europa Occidental,
se comenzó a usar el carbón para calefaccionar los hogares y también como
combustible en el área del transporte y de la industria. Entonces, se arrojaron
enormes cantidades de negro de carbón y de otras partículas oscuras hacia la
atmósfera.
Esta fotografía del verano de 2012 muestra el sur de los Alpes Berneses. Aquí se
observa cómo la contaminación del aire en los Alpes tiende a ubicarse en las
altitudes más bajas, concentrando así las "precipitaciones" de hollín y de polvo
en las pendientes más bajas. En el centro, y hacia la izquierda de la imagen, se
puede ver un glaciar que se extiende desde un área nevada de gran altura, encima
de la capa contaminada, hacia el valle, donde la parte más baja está bañada con
agentes contaminantes. Crédito de la imagen: Peter Holy .
La Pequeña Era de Hielo, generalmente definida como un período más frío entre los siglos XIV y XIX, estuvo marcada por una expansión de los glaciares y una caída en las temperaturas de Europa de alrededor de 1 grado Celsius (1,8 grados Fahrenheit). Pero los registros de glaciares muestran que, entre 1860 y 1930, mientras las temperaturas continuaban bajando, grandes glaciares en los valles de los Alpes se retiraban abruptamente en un promedio de casi 1 kilómetro (0,6 millas) hasta longitudes que no se habían visto en los siglos previos. Los especialistas en glaciares y en el clima han intentado reconciliar este aparente conflicto entre los registros del clima y de los glaciares.
"Algo faltaba en la ecuación", dijo Thomas Painter, un científico dedicado al estudio de la nieve y el hielo en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, en Pasadena, California, quien dirigió el estudio. "Antes, la mayoría de los especialistas en glaciares creían que el final de la Pequeña Era de Hielo se produjo a mediados de 1800, cuando estos glaciares se retrajeron, y que la retirada se debió a un cambio climático natural, diferente del calentamiento inducido por el dióxido de carbono que vino después, en el siglo XX. Este resultado sugiere que la influencia humana sobre los glaciares se retrotrae a mucho antes de los aumentos de temperatura provocados por la industrialización.
Para ayudar a los científicos a entender qué produjo el retiro de los glaciares, Painter y sus colegas abordaron la historia. Los investigadores estudiaron datos de los núcleos de hielo perforados desde arriba en varios glaciares Europeos con el fin de determinar cuánto negro de carbón había en la atmósfera y cuánta nieve cuando los glaciares de los Alpes comenzaron a retraerse. Utilizando niveles de partículas de carbón atrapadas en las capas del núcleo del hielo, y tomando en cuenta observaciones modernas de cómo están distribuidos los contaminantes en los Alpes, pudieron calcular cuánto negro de carbón había depositado en las superficies de los glaciares a elevaciones más bajas, donde los niveles de negro de carbón tendían a ser más altos.
El equipo luego realizó modelos por computadora del comportamiento de los glaciares. Comenzaron con las condiciones climáticas registradas y agregaron el impacto de la contaminación de las elevaciones más bajas. Cuando incluyeron este impacto, la pérdida de masa glaciar simulada y la época finalmente coincidieron con el récord histórico del retiro de los glaciares, a pesar de las temperaturas en descenso imperantes en ese momento.
"Ahora debemos observar más de cerca otras regiones de la Tierra, como el Himalaya, para estudiar los impactos actuales del negro de carbón sobre los glaciares en estas regiones", dijo Georg Kaser, un co-autor del estudio, de la Universidad de Innsbruck, Austria, y autor principal del capítulo sobre Criosfera, del Quinto Informe de Evaluación del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.
"Este estudio revela posibles huellas dactilares humanas en nuestro cambiante ambiente", dijo el co-autor Waleed Abdalati, quien es director del Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Ambientales (CIRES, por su acrónimo en idioma inglés), de la Universidad de Colorado Boulder. "Es un recordatorio de que las acciones que realizamos tienen impactos de largo alcance sobre el ambiente en el que vivimos".