Una densa nube tóxica en Beijing.
Aunque hay alarma por el smog , los vehículos pueden circular y las fábricas lanzar gases tóxicos a través de las chimeneas.
Los rascacielos de la metrópolis desaparecen tras la nube de contaminación y la visibilidad no pasa de unos cientos de metros.
En la foto el Distrito Central de Negocios.
En la foto el Distrito Central de Negocios.
A medida que pasaban las horas del sábado, el índice de contaminación de la Embajada de Estados Unidos iba en aumento, hasta niveles récord.
Los datos, que se pueden seguir por internet, marcaban 472 en la mañana, pero luego treparon a 699 y de pronto hasta la aterradora cifra de 728. El máximo de la escala había sido siempre 500.
Incluso las mediciones oficiales de las autoridades, a las que no les gusta reconocer la gravedad de la contaminación y que siempre dan cifras menores, llegaron al récord de 456 puntos.
“Las partículas PM2.5 están a punto de romper los aparatos de medición”, escribe la agencia Xinhua con una claridad poco habitual sobre las diminutas partículas que pueden pasar a través de los pulmones directamente a la sangre.
En general, las autoridades recomendaron a todo el mundo no salir.
El centro de monitoreo municipal dijo que la lectura de los PM2,5, que miden las partículas de la materia más pequeñas que 2,5 micrómetros, alcanzó más de 700 microgramos por metro cuadrado y en varias localidades de la capital se elevó a 993. Lo normal es 35 por metro.
La niebla, informó hoy el diario China Daily, afectó vuelos en los aeropuertos de Beijing, Hebei, Hunan, Yunna, Guizhou, Zhejian, Jiangsu, Jilin, Heilogliang y Sichuan, donde la visibilidad se redujo en unos 100 metros.
“La contaminación del aire es grave”, sentenció oficialmente el centro de control del medio ambiente.
Según reportes de meteorología y de los centros para el seguimiento de la calidad del aire en Beijing, esta situación debe extenderse hasta el miércoles, día en que se esperan vientos que arrastren la niebla que cubre la capital.
