De Aramis Latchinian licenciado en oceanografía biológica y magister en ciencias ambientales.
Según el científico; existen ya verdaderos mitos sobre el calentamiento ambiental, fundados en opiniones inverificables de distintas ONGs más que en datos científicos. La dudosa afirmación sobre la extinción de los osos polares es la falacia más marketinera.

Y sigue; los osos polares están demostrando una versatilidad histriónica poco común,  protagonizando los más diversos vídeos relativos al calentamiento global subidos  al portal de Youtube en los últimos años. Osos que caen del cielo y se estrellan  en el pavimento (Polar Bears Falling From The Sky!), osos que se depilan para  soportar el calor (Shocking new evidence of Global Warming!) u osos deprimidos  que se suicidan (Global Warmi
ng Warning Advert), son sólo una pequeña muestra  entre decenas de fraudulentos videos producidos por las más diversas  organizaciones, desde agencias de publicidad hasta las multinacionales  ambientalistas de siempre (Greenpeace, WWF, etc.).
 A través de un par preguntas sencillas intentaremos presentar al lector  dudas más que razonables sobre el mensaje planteado por las piezas publicitarias  mencionadas. ¿El planeta se está calentando por nuestras emisiones? ¿Los osos  polares se están extinguiendo?Los datos de campo muestran una tendencia al incremento de la temperatura  (como tantas otras veces en la historia del planeta), pero cada vez son más los  científicos de primer nivel que opinan que el calentamiento es de origen natural  y que la causa es esencialmente el sol.
 Cuando el “consenso científico” oficial, que penaliza la duda y la  discrepancia, se empezaba a poner reiterativo, no sólo estalló el Climagate, que  dejó en evidencia la manipulación de modelos y datos por parte del IPCC, sino  que cristalizaron una serie de investigaciones publicadas en revistas  científicas de primer nivel por algunos de los climatólogos y físicos más  prestigiosos del mundo, quienes presentan argumentos difíciles de rebatir  respecto al carácter natural del calentamiento.
 Entre ellos, vale destacar las recientes publicaciones del astrofísico  Henrik Svensmark, en las que se demuestra la correlación entre la actividad  solar y la temperatura en la troposfera, modificando los ciclos de calentamiento  y enfriamiento atmosféricos. Tan contundentes han resultado sus conclusiones,  que miembros del IPCC han flexibilizado su discurso mencionando que “el efecto  Svensmark” tal vez explicaría parcialmente el calentamiento y complementaría el  efecto del CO2.
 Veamos ahora el tema de los osos polares. Se anuncia como una prueba  irrefutable del peligro de extinción que viven algunas especies, el que la  población de osos polares haya disminuido un 0,3% en la última década. Lo que se  omite decir es que la población aumentó un 500 % en los últimos 50 años. Aún el  descenso de 0,3% es discutido por expertos que aseguran que mientras la  población disminuye en algunas zonas, en otras aumenta.
 Tampoco se dice que la causa de esta disminución no tiene nada que ver  con el calentamiento global, y que en realidad, los osos mueren a balazos porque  una piel puede comercializarse en U$ 20.000, lo que hace que cada año mueran  cientos de osos por los rifles de cazadores furtivos y peor aún, en muchos  casos, debidamente autorizados.Desde inicios de la década de 1970 cuando habitaban la región ártica  cerca de 5.000 osos, la población fue aumentando hasta los 25.000 osos que hay  en la actualidad. Sin embargo existe una campaña mundial muy enérgica para que  sean declarados “especie en peligro de extinción”, con total prescindencia de lo  que indiquen los datos de campo.
 Entonces cabe preguntarse por qué eligieron a los osos polares para  protagonizar esta nueva saga mediática del cambio climático. No cabe duda de que  la utilización de animales le agrega efectividad al mensaje tocando la fibra  emocional de la opinión pública. Además, resulta evidente que si se llegara al  extremo de declarar a los osos polares en peligro de extinción, -siendo la  primera especie+ en esta condición por causa del calentamiento global- las  multinacionales ecologistas habrían ganado otra batalla a la ciencia (el  Ecologismo derrotando a la Ecología), asegurándose el flujo de recursos  necesario para sustentar sus propias maquinarias burocráticas y lograr una  subsistencia que a todas luces depende más de la existencia del problema que de  su solución.
Como siempre queda el debate abierto.
Es hora que los científicos no se demoren en ponerse de acuerdo, dejen de lado intereses, y antepongan el bien de la humanidad, por que  los tiempos se acortan.
Esperamos que cuando eso ocurra no sea demasiado tarde.
 
 








 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
