El metano contribuye con el 15% del calentamiento global. Es uno de los gases que posee mayor capacidad de generar efecto invernadero (23 veces más que el C02), por lo que es muy importante no permitir que se incremente su presencia.
Una de las fuentes que lo genera es la producción animal, fundamentalmente la cría de rumiantes (bovinos, caprinos, ovinos, búfalos, camélidos). Esto animales digieren los alimentos mediante un proceso que se conoce como ‘fermentación entérica’, donde los microorganismos presentes en el aparato digestivo (rumen) fermentan los alimentos. Esta fermentación libera hacia la atmósfera metano como subproducto. En los no rumiantes, la fermentación ocurre en el intestino grueso y las bacterias tienen una capacidad muy inferior de generar metano.